El motor se compone de un bloque de acero con unos pistones y ejes en su interior que giran a miles de vueltas por minuto. Si no hay suficiente lubricante, el motor puede estropearse debido al calor del rozamiento de sus componentes, que frecuentemente obliga a tirar el coche al desguace. Para evitarlo es muy importante comprobar periódicamente el nivel de aceite.
Para medir correctamente el aceite del motor, es necesario que estaciones el coche en una superficie horizontal y con el motor en frío (sin haberlo arrancado en las 2 horas anteriores). Extrae la varilla de medición hacia arriba (normalmente está situada en la parte superior central del motor con un color diferente) y limpiala con un trapo que este totalmente limpio y verás que tiene dos muescas. Estas son los niveles mínimo y máximo de aceite permitido.
Introduce la varilla en su lugar hasta el tope y vuelve a extraerla. Verás que en el extremo inferior de la varilla esta manchada de aceite. La mancha debe estar entre las dos muescas, ni más ni menos.
En caso de que el nivel estuviera por debajo del mínimo, deberás rellenar con el aceite recomendado por el fabricante a través del tapón del depósito de aceite (indicado normalmente con el gráfico de una tetera con una gota que cae). Es aconsejable no rellenar más de medio litro de aceite.